Antes de empezar me gustaria decir que esto no es un artículo ni un post al uso, tan solo es la idea que se me ha venido a la cabeza mientras leía Kokutai, shinron de Aizawa seishisai. En este libro Aizawa explica que es el Kokutai, por lo que recomiendo su lectura para una mayor profundización del tema. Tal y como he dicho antes, esta no es más que las conclusiones que he sacado en primera instancia mientras lo leía.
El Kokutai o “cuerpo de la nación” se tiene
que entender como un concepto que dio origen en el siglo XIX a una
superestructura política y religiosa. Estas dos partes, religión y política, no
pueden estar separadas cuando interactuamos con el concepto Kokutai, debido a la interconexión entre
estos y el apoyo justificativo que realizan estas dos entre sí.
La política
pintada con confucianismo de la época de Aizawa (no olvidemos que la política
japonesa del momento es una política, en cierta manera, neoconfuciana) carecía
de elementos que permitieran la centralización del estado de una manera más
rígida y y perdurable a lo largo del tiempo. Si bien el confucianismo determinaba
que las relaciones de las personas siguen un orden natural ordenado por el 天 – cielo –, no había ningún impedimento por el que
no se pudieran cambiar a los gobernantes si estos no realizaban las acciones
siguiendo el mandato natural del cielo. El confucianismo es de gran utilidad
para agrupar a las masas entorno a un proyecto estableciendo unas clases
sociales determinadas, clases sociales dadas por las relaciones de producción y
que se suponía que estas eran relaciones naturales. Sin embargo, si la figura
más alta dentro del estrato social puede ser reemplazado, la creación de una
concepción nacional se debilita provocando identidades regionales.
Aizawa
teorizó sobre porque los imperios Occidentales habían conseguido tales tasas de
desarrollo y de poderío, tanto económico como militar. Aizawa pensó que la
creación de un cuerpo nacional – una estructura social nacional – basada en la
religión, y que esta impusiera la conformidad en las masas, era la mejor manera
de crear una identidad nacional propia y por la cual los dirigentes no pudieran
ser “revocados” tal y como había sucedido durante las distintas dinastías
chinas.
La
creación de esta religión estatal – más tarde conocida como Shinto de estado –
formaría la columna vertebral del Kokutai
al dar legitimidad política – prácticamente divina– a la figura del
emperador por su descendencia directa con Amaterasu.
“When the people are taught simply to revere Amaterasu and Her Divine Imperial
Line, their allegiances are undivided and they are blind to all heresies. Thus
we achieve both spiritual unity among the people and the union of Heaven and
man. This was the ancient sage kings’ one true reliance for maintaining the
realm, and was the basis on which Amaterasu founded our nation” (pag 158),
estas palabras están inundadas de elementos confucianos, sin embargos se añade
la característica unificadora de la nación como es la religión – tal y como se
había explicado antes y que se puede observar en la figura de Amaterasu –.
Si
resumimos lo anterior, la legitimidad política viene dada por la religión y la
conexión que tiene el emperador con los dioses, y el arreglo constitucional que
propone es precisamente el problema al que responde, un sistema que sea robusto
en todos sus aspectos y que mantenga las relaciones sociales tal y como lo
hacía el confucianismo.
Uno
de los elementos más interesantes que podemos encontrar en el Kokutai es uno de estos elementos que ya existía
en el confucianismo, la educación. La educación como forma política que hace
comprender a las personas el orden natural y su papel en el camino natural como
en el universal, y que las circunstancias – naturales – como la educación
generan al hombre. Pero, esta teoría de que los hombres son producto de las circunstancias
y de la educación, y que, por tanto, los hombres que entienden el camino
natural son producto de circunstancias determinadas y de una educación específica,
olvida que son los hombres, precisamente, los que hacen que cambien las
circunstancias y que el propio educador necesita ser educado. Conduce, pues,
forzosamente, a la sociedad en dos partes, una de las cuales está por encima de
la sociedad. Situación que se verá cuando las ideas del kokutai calen en el sonno joi
y este derive en el Fukoku kyohei
dando como resultado a la clase proletaria y a la burguesa.
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